El agua termal salobre y de origen marino surgió en Villa Elisa el 9 de marzo de 1997 a una profundidad de 1.036 metros, y desde su inauguración en 1999 se ha convertido en uno de los más visitados complejos de Entre Ríos por sus beneficios para la salud física y mental.
La composición química del agua proporciona una característica diferencial a estas termas por sus excelentes propiedades terapéuticas, ya que son de tipo mesotermales, débilmente alcalinas, de alta mineralización, cloruradas, sulfatadas sódicas, estreónicas, radónicas, a lo que se suma una temperatura a boca de pozo de 41º C.